jueves, 24 de septiembre de 2015

Babosas marinas: Criaturas fantásticas

Cuando escuchamos la palabra "babosa", por lo general ponemos una ligera mueca de asco en nuestro gesto al imaginar a esos escurridizos y viscosos moluscos que no suelen ser demasiado bien recibidos por la gente. No son más que caracoles sin concha (o al menos no la vemos a simple vista como en el caso de los caracoles) y son asquerosos.

Sin embargo, no somos capaces de imaginar siquiera que las babosas pueden ser unos animales preciosos, sacados de una imaginación casi caprichosa. Sí, puede resultar difícil de creer. Estoy hablando de las babosas marinas: animales que parecen propios de la película más fantástica que puedas encontrar en cartelera.

Los que os quiero presentar a continuación son sólo tres ejemplos, pero existen muchísimos más.

Jorunna parva, el conejito de mar

Esta babosa marina se ha hecho famosa, sobre todo entre los internautas japonenes, por su curiosa apariencia que recuerda a un adorable conejito.

Mide apenas 2.5 centímetros de largo nada más y puede encontrarse a lo largo del océano Indo-Pacífico, desde Sudáfrica hasta el centro del océano Pacífico. Sus colores, además, pueden variar desde el blanco moteado hasta el amarillo mostaza, el naranja o incluso el marrón oscuro.

Las "orejas" de esta pequeña babosa marina, son en realidad antenas quimiosensoriales, llamados rinóforos, que utiliza para detectar sustancias químicas disueltas en el agua. Actúan, a grosso modo, como su sentido del olfato y del gusto.

Costasiella kuroshimae, la oveja de mar

Con la curiosa apariencia de una oveja que parece estar sacada de una serie de dibujos animados, la Costasiella kuroshimae es una babosa con la inusual capacidad de realizar la fotosíntesis, algo más característico de plantas que de animales.

Para ello, retiene en su cuerpo los cloroplastos de las algas de las que se alimenta y los utilizan para crear su propia energía. Este proceso de denomina celptoplastia, y sólo está presente en algunos organismos dinoflagelados y moluscos sacoglosos (grupo al que pertenece esta criatura).

Son animales muy pequeños, de apenas 5 milímetros de longitud, y son propias de las aguas de Kuroshima (Japón), aunque también puede encontrarse en Filipinas e Indonesia. Pueden presentar diferentes variaciones en su color.

Glaucus atlanticus, el dragón azul


Sin duda, una de las babosas marinas más raras que se puedan encontrar. 

Este molusco se distribuye por las aguas costeras de Sudáfrica, Australia y Mozambique, flotando sobre la tensión superficial del agua. 

Pese a su pequeño tamaño (de apenas 3 y 4 centímetros de largo), el dragón azul es un feroz depredador que se alimenta de organismos mucho más grandes que él, como por ejemplo la carabela portuguesa (Physalia physalis), de la cual absorbe sus toxinas y las almacena en los apéndices con forma de dedos largos que tiene en torno al cuerpo para cazar otros peces. Y dado que el veneno está más concentrado que en la propia carabela portuguesa, puede ser incluso más letal que en esta medusa.

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