Los huevos con cáscara (característicos de aves y reptiles) surgieron hace 360 millones de años, cuando los ancestros de los vertebrados terrestres comenzaron a colonizar la tierra, y como una especialización para resistir las nuevas condiciones fuera del agua.
Entre el grupo de las aves, sus huevos presentan una gran variedad en cuanto a tamaños y formas según la especie o el grupo al que nos estemos refiriendo: esféricos en búhos, elípticos en colibríes, cónicos en limícolas y una gran variación de formas entre medias de estos.
No se conoce mucho acerca del por qué de esta variación en la forma de los huevos, y es una pregunta que los científicos se han estado haciendo desde hace años. Hasta el momento se barajaban varias hipótesis al respecto: aumento de la eficiencia de incubación, disminución de la pérdida de huevos por rodamientos fuera de los nidos situados en los acantilados u otras ventajas relacionadas con con la dieta y el desarrollo. Sin embargo, en un estudio de este mismo año, un grupo de científicos ha conseguido contrastar una nueva hipótesis que, hasta el momento, no había podido ser probada: la relación de la forma del huevo influenciada de forma indirecta con las adaptaciones al vuelo a través de la morfología de la pelvis, el abdomen y el oviducto.
Para ello, se realizó un análisis morfométrico a 49.175 huevos de 1.400 especies de aves pertenecientes a 35 órdenes (además de otros dos órdenes ya extintos) sobre su simetría, y su forma elipsoidal.
El huevo más elíptico es el del a) talégalo maleo (Macrocephalon maleo), el más esférico el del b) ninox pardo (Ninox sculata), el más asimétrico el del c) correlimos enano (Calidris minutilla) y el más simétrico el del d) colibrí coliancho (Selasphorus platycercus). (Imágenes de http://www.commons.wikimedia.org) |
Lo primero que se descubrió con esto fue que variación en la forma de los huevos es continua y no existen divisiones claras entre las clases tradicionalmente definidas como elípticas, esféricas o simétricas. De hecho, en el mapa de densidades se aprecia que muchas de las especies convergen hacia la forma del huevo de la prinia grácil (Prinia gracilis) y no a la forma que todos asimilamos como típica de huevo, del gallo bankiva (Gallus gallus).
(Stoddard et al., 2017) |
Lo segundo que se vio es que los clados de aves están muy separados entre sí en su distribución en el morfoespacio, aunque las variaciones entre estos causa que algunos se solapen entre sí. Además, los clados también difieren entre sí en cuanto a la extensión de la variación en la forma de sus huevos. De hecho, cabría esperar que fueran los paseriformes (aves cantoras) ocuparan un mayor región en el morfoespacio y sus huevos tuvieran una mayor variedad en su forma, ya que tienen muchas más especies diferentes dentro del mismo orden, pero en su lugar son los Charadriiformes los que ocupan este puesto, tal y como se puede apreciar en la imagen de la derecha.
Después de esto, se investigó la evolución de las diferentes formas de los huevos en relación con el árbol filogenético de las aves y entre cuyos datos se incluía el modo de vida de estas (masa corporal, dieta, tamaño de la puesta, tipo de nido, localización del nido, modo de desarrollo del pollo y detalles ambientales). También se utilizó el índice mano-ala (HWI, hand-wing index), que mide la eficiencia del vuelo y la capacidad de dispersión del ave.
Así se encontró que el tamaño del huevo depende por el modo de vida del ave: huevos más pequeños están asociados con nidadas más grandes y huevos más grandes están asociados con dietas ricas en calcio y mayores masas corporales del adulto.
En contraste, la forma del huevo (asimetría y forma elíptica), está relacionada con el tamaño del mismo y con el índice HWI. Por lo que tenemos que las aves tienden a poner huevos más asimétricos y con una forma más elíptica si tienen un mayor HWI y/o si los huevos son más grandes. Además, la forma de elipse también se da frecuentemente en aves que ponen huevos más grandes en relación a su masa corporal. Dado que el índice HWI está relacionado positivamente con la eficiencia de vuelo (aves con mayores HWI están mejores adaptadas al vuelo), se sugiere que las adaptaciones al vuelo (tamaño corporal reducido, cavidad abdominal reducida y la pérdida de un ovario y oviducto funcionales) son una de las claves para la variación en la forma de los huevos. De esta manera, las aves que son mejores voladoras tienden a poner huevos más elípticos y asimétricos para incrementar el volumen del huevo al tiempo que se mantiene el contorno (la anchura máxima del mismo).
Después de esto, se investigó la evolución de las diferentes formas de los huevos en relación con el árbol filogenético de las aves y entre cuyos datos se incluía el modo de vida de estas (masa corporal, dieta, tamaño de la puesta, tipo de nido, localización del nido, modo de desarrollo del pollo y detalles ambientales). También se utilizó el índice mano-ala (HWI, hand-wing index), que mide la eficiencia del vuelo y la capacidad de dispersión del ave.
Así se encontró que el tamaño del huevo depende por el modo de vida del ave: huevos más pequeños están asociados con nidadas más grandes y huevos más grandes están asociados con dietas ricas en calcio y mayores masas corporales del adulto.
En contraste, la forma del huevo (asimetría y forma elíptica), está relacionada con el tamaño del mismo y con el índice HWI. Por lo que tenemos que las aves tienden a poner huevos más asimétricos y con una forma más elíptica si tienen un mayor HWI y/o si los huevos son más grandes. Además, la forma de elipse también se da frecuentemente en aves que ponen huevos más grandes en relación a su masa corporal. Dado que el índice HWI está relacionado positivamente con la eficiencia de vuelo (aves con mayores HWI están mejores adaptadas al vuelo), se sugiere que las adaptaciones al vuelo (tamaño corporal reducido, cavidad abdominal reducida y la pérdida de un ovario y oviducto funcionales) son una de las claves para la variación en la forma de los huevos. De esta manera, las aves que son mejores voladoras tienden a poner huevos más elípticos y asimétricos para incrementar el volumen del huevo al tiempo que se mantiene el contorno (la anchura máxima del mismo).
(Stoddard et al., 2017) |
Fuentes:
Stoddard, M. C., Yong, E. H., Akkaynak, D., Sheard, C., Tobias, J. A. & Mahadevan, L. 2017. Avian egg shape: Form, function and evolution. Science. 356: 1249-1254.
Wow articulazo! Me gusta mucho Iris, son de esas cosas que se dan por normales, que un huevo es como es, pero que demuestra que todo encierra un porqué, una razón de ser. Me lo cedes?? :) Tengo programada la entrada de las astas para el día 16. Ya te mandaré el enlace.
ResponderEliminarUn Saludo!
¡Hola, Jose! Me alegra mucho que te haya parecido interesante la entrada :) Sobre la pregunta, ¿sería mucho pedir poner un enlace a la entrada original?
EliminarUn saludo~
Claro! Está puesto un enlace a la entrada y otro al blog. Y también te voy a crear un apartado en Colaboradores con tu perfil!
Eliminar¡Ay, pues muchas gracias! Ahora en un rato te envío la entrada ^^
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