SEO/BirdLife pondrá en marcha a partir de mañana el proceso para escoger el ave del año del 2018 mediante una votación popular que cualquiera podrá realizar desde su página web.
Esta campaña, repetida cada año desde 1998, sirve poner el foco sobre una determinada especie amenazada o que es representante del hábitat en el que reside (por lo general delicado y/o en mal estado de conservación) y crear conciencia entre la población sobre la urgencia de protegerlos.
Por eso, y con la intención de animaros a participar en dicha votación, hoy en La Huella Curiosa os hablo de los tres candidatos a Ave del Año 2018:
(Foto © Srihari Kulkarni) |
En primer lugar tenemos al alimoche común (Neophron percnocterus), rapaz carroñera de la familia Accipitridae que se puede encontrar en África y el sur de Europa y de Asia hasta la India. Está catalogada como En Peligro por la UICN y el Libro Rojo de las Aves de España, y como Vulnerable en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. La subespecie del alimoche canario (Neophron percnopterus majorensis) está catalogada como En Peligro de Extinción por este último.
En el territorio español, las poblaciones de este pequeño buitre se están viendo severamente reducidas, víctimas de la pérdida de recursos alimentarios por el cierre de muladares y basureros y los cambios de gestión con los restos de los cadáveres del ganado, la persecución sufrida por ganaderos y cazadores, el uso de cebos ilegales envenenados y el choque contra tendidos eléctricos. Actualmente, y según el último censo realizado en el 2008, se estima que existen unas 1.500 parejas reproductoras en España. Pero la tendencia es negativa desde los últimos treinta años, por lo que este número puede ir reduciéndose de manera peligrosa si no se toman las medidas adecuadas para su conservación.
Como ave carroñera que es, el alimoche suele ser el primero que divisa las carcasas de los animales muertos. Sin embargo, debido a su pequeño tamaño, debe dejar paso antes a los poderosos buitres negros (Aegypios monachus) y los buitres leonados (Gyps fulvus) para poder aprovechar después los restos que dejen, más pequeños y asequibles para ellos.
(Foto © Mike Baird) |
Otro candidato es el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), ave limícola de la familia Charadriidae que se puede encontrar sobre todo en las costas y playas de latitudes medias. Está catalogada como Preocupación menor por la UICN, como Vulnerable por el Libro Rojo de las Aves de España y como De Interés Especial en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. En Canarias está catalogada como Vulnerable por este último.
Dado que habitan en playas y anidan en el suelo las principales amenazas a las que se ve sometida esta especie en España son, sobre todo, la pérdida de hábitat por la eliminación de vegetación dunar y la creciente urbanización y las molestias que sufren por el uso recreativo en las playas y costas (sobre todo durante el verano) y que afecta negativamente a su reproducción.
(Foto © José Manuel Gavilán) |
Por último, pero no por ello menos importante, la lechuza común (Tyto alba), rapaz nocturna de la familia Tytonidae más bien cosmopolita y que se puede encontrar en cualquier parte del planeta, a excepción de hábitats desérticos y polares, en Asia al norte del Himalaya, algunas islas del Océano Pacífico y la mayor parte de Indonesia. Está catalogada como Preocupación menor por la UICN y como De Interés Especial en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Su subespecie del archipiélago canario, la lechuza majorera (Tyto alba gracilirostris), está catalogada como Vulnerable por este último y como En Peligro por el Libro Rojo de las Aves de España.
Como principal aliada de los agricultores y controladora de plagas de roedores, sus principales amenazas se deben a la transformación del mundo rural (con los cambios de cultivos y concentraciones parcelarias entre otras razones), el abandono de los campos, el uso de pesticidas y rodenticidas que llevan a la desaparición de sus principales presas y la pérdida de enclaves de nidificación por obras y remodelaciones. Por todo esto se estima que las poblaciones de lechuzas se han reducido un 13% desde el año 2005 y en algunas regiones como Andalucía, Castilla la Mancha, Murcia o las Islas Baleares incluso hasta la mitad.
Fuentes:
Madroño, A., González, G. G. & Atienza, J. G. 2004. Libro Rojo de las Aves de España. Organismo Autónomo Parques Nacionales.
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