Se sabe que el uso de las herramientas en el mundo animal está muy extendido. Se ha dado en mamíferos como primates (sobre todo entre los grandes simios), elefantes, cetáceos y nutrias marinas; en aves, como córvidos y psitaciformes (loros y cacatúas); e incluso en invertebrados, como los cefalópodos. Por lo general, este manejo de herramientas suele estar orientado con el fin de resolver problemas a la hora de buscar alimento, ya sea como ayuda para obtener alimento o como cebo para atraer a potenciales presas.
Sin embargo, un grupo de investigadores acaba de descubrir que una especie de psitaciforme originaria de las selvas de Nueva Guinea y el extremo norte de Queensland (en Australia), la cacatúa enlutada (Probosciger aterrimus), es capaz de utilizar herramientas... para crear música.
Frutos de Grevillea glauca (www.pbase.com) |
La cacatúa enlutada es el único caso conocido de una especie que fabrica herramientas para crear sonidos de percusión. Los machos utilizan un palo modificado por ellos mismos con ayuda de su pico a modo de baquetas o diversos frutos de Grevillea glauca para golpear con sus patas, de manera repetida, troncos y huecos de árboles durante su display. Este tamborileo se da acompañado de otros aspectos del display (como llamadas, el "sonrojo" de sus mejillas o la erección de su cresta) pero también se realiza durante largos periodos de tiempo sin estos comportamientos visuales o de vocalizaciones.
La mayoría de estos tamborileos están dirigidos hacia las hembras cuando estas están presentes. Las secuencias de los golpes, y las pausas entre estos, realizadas por estas cacatúas no son aleatorias y crean un pulso regular como se suele dar en la música humana. En un análisis de 131 secuencias de tamborileo (cada una de ellas de entre 5 y 92 golpes) grabadas con cámaras de vídeo se reveló que los machos tienen un amplio rango de posibles ritmos de golpes, tanto en el mismo individuo como entre todos, y que el intervalo entre los golpes a menudo conlleva una breve pausa. De esta manera, las cacatúas parecen seguir ciertas preferencias de ritmos (más rápidos o más lentos) y no tamborilean tan rápido como son capaces de hacer físicamente ya que no parece que estén restringidos por ningún ritmo en concreto.
En analogía con los compositores humanos, que muestran estilos individuales y ritmos propios, se ha visto también que los machos de las cacatúas enlutadas tienen sus propios patrones o firmas de tamborileo, que podrían estar relacionadas con la edad del ave en cuestión (se ha visto que en el ser humano el ritmo propio disminuye con la edad, aunque esto no se ha podido comprobar con las cacatúas). Cada macho difiere significativamente de los demás en los parámetros que describen la distribución de los intervalos entre golpes. Algunos machos tienen ritmos más lentos y consistentes, otros tienen un ritmo más rápido y con una mayor variabilidad, y otros muestran un ritmo consistente con secuencias ocasionales de tamborileos más rápidos. Se sabe que el que el estilo de las canciones sean reconocibles individualmente es un beneficio adaptativo para diferenciarse de extraños y vecinos. La elaboración de canciones a partir de la adición de sílabas y motivos es un método bien asentado para competir con otros machos a la hora de atraer a las hembras.
Sin embargo, para hacerse oír, estos animales necesitan distanciarse de sus congéneres, pues los sonidos que producen viajan a distancias notablemente cortas (100 metros, aproximadamente). Por lo que los nidos suelen estar separados por unos 170 metros. No existen evidencias de que otras cacatúas respondan de ninguna forma a los ritmos producidos por los machos durante su display de tamborileo, por lo que parece que actúan como los artistas solistas.
Como una curiosidad más, este comportamiento de utilización de herramientas para producir el tamborileo sólo se ha observado en la población de aves de la península del Cabo York (Australia), mientras que en Nueva Guinea es meramente anecdótico.
Heinsohn, R., Zdenek, C. N., Cunningham, R. B., Endler, J. A. & Langmore, N. E. 2017. Tool-assisted rhythmic drumming in palm cockatoos shares key elements of human instrumental music. Science Advances. 3 (6).
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